En las próximas 36 horas, EE.UU. desplegará naves de guerra cerca de Venezuela "para combatir el narcotráfico", reporta Reuters, que cita dos fuentes con conocimiento de la situación.
Los informantes precisaron que se trata de los buques USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson. Una tercera fuente, que habló bajo condición de anonimato, reiteró que la Administración Trump destinará unos 4.000 efectivos para sus operaciones en el sur del mar Caribe, que también incluirán varios aviones espía P-8 y al menos un submarino con capacidad de ataque.
Esta última persona apuntó que el operativo se extenderá durante varios meses y tendrá lugar en aguas y espacio aéreo internacionales, lo que significaría que no incursionarán en el territorio de ningún país.
En adenda, la agencia estadounidense destaca que esos barcos pueden ser usados para labores de inteligencia y vigilancia, pero también como plataforma de lanzamiento de ataques selectivos, si Washington tomara esa decisión amparándose en las políticas emprendidas por el Gobierno del presidente Donald Trump para frenar el tráfico de drogas a través de su frontera sur, que incluyen la designación de algunos cárteles como organizaciones terroristas.
La semana previa, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, confirmó el despliegue de una fuerza militar en el sur del mar Caribe para enfrentar a los cárteles, sin que quedara suficientemente claro si esa resolución implicaría la violación de la soberanía de países latinoamericanos.
Poco antes, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, acusó sin pruebas al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de encabezar una organización delictiva dedicada al tráfico de drogas y aumentó la recompensa que pesaba sobre él a 50 millones de dólares. Esto ha sido repudiado por las autoridades e instituciones venezolanas –que negaron los señalamientos–, así como por terceros países. Además, el presidente colombiano, Gustavo Petro, advirtió que una agresión militar contra Venezuela sería interpretada como un ataque a toda la región.
